Lo primero que tenemos que hacer es recortar las cinco plantillas, que corresponderán a cada una de las caras del cubo (excepto la de abajo, que será por donde metamos nuestra cabeza). Para ello, con mucho cuidado vamos cortando con las tijeras por los bordes, poniendo especial atención en una de las plantillas en la que hay que dejar un espacio en blanco.
Una vez recortadas, las vamos pegando en el cartón. Podemos hacerlo con pegamento de barra o con otro pegamento más potente, el que tengamos por casa. Es importante volver a echar pegamento en las esquinas, pues se despegan con facilidad. Esperamos a que se seque y ya podemos empezar a recortar. Esta vez usaremos el cúter, ya que con las tijeras podemos deformar ligeramente el cartón.
Cuando hayamos recortado las cinco piezas, lo único que nos queda es pegar todas las partes formando un cubo. Para ello, usaremos la pistola termofusible, ya que el pegamento es más potente y de secado rápido. Dejamos secar y... ¡ya está lista nuestra cabeza de creeper!
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